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El Consejo de la UE alcanza un acuerdo para reformar el mercado eléctrico con el principal objetivo de proteger a los consumidores frente a la volatilidad de precios
Con el objetivo de dar estabilidad a los precios de la electricidad y reducir la dependencia de combustibles fósiles, el pasado 17 de octubre, el Consejo de la Unión Europea alcanzó un acuerdo sobre las bases generales para reformar el mercado eléctrico.
Este acuerdo abre un diálogo a tres bandas (Parlamento, Comisión y Consejo) que desembocará en el acuerdo final para principios de 2024.
Las principales propuestas que se plantean son tres:
- En cuanto a mercados de electricidad a largo plazo, se pretende facilitar el acceso de las empresas a la contratación de PPAs, fomentando sistemas de garantía respaldados por el Estado a precios de mercado, garantías privadas e instrumentos o estructuras que agrupen la demanda de consumidores. Además, se propone que los contratos por diferencias (CfDs) sean el modelo de uso obligatorio en nuevas instalaciones no emisoras (solar, eólica, geotérmica, hidro fluyente), pero también se amplía su alcance. Con ello, Francia podrá aplicarlos a las nucleares que extiendan su vida útil y Polonia a sus centrales de carbón.
- En cuanto a los mercados de capacidad, se elimina su temporalidad y se relajan los requisitos para poder participar en ellos permitiendo asignar capacidad a tecnologías emisoras de CO2 hasta 2028, siendo los principales beneficiados las centrales de carbón de Alemania y los ciclos combinados de España.
- Por último, se extiende la posibilidad de seguir limitando los ingresos de las tecnologías inframarginales (windfall profits) hasta junio de 2024.
Por lo tanto, se trata de una propuesta que pretende reducir (al menos en parte) el efecto de los combustibles fósiles en los precios de la electricidad, acelerar la integración de renovables y proteger a los consumidores, reforzando una posición continuista de la Unión Europea en materia energética, sin modificar el mercado marginalista.
En el caso de España, es de destacar la relajación de los requisitos para convocar mercados de capacidad y la posibilidad de seguir recaudando windfall profits hasta mediados de 2024. En definitiva, la idea más relevante es fomentar la contratación a largo plazo (PPAs y CfDs) de modo que, en caso de que se produzca una nueva crisis energética, los precios del mercado marginalista afecten en mucha menos medida que en la actualidad.